Este documento examina las continuas referencias que hacía el presidente George W. Bush a la Biblia, a la religión, a Dios como garantía públicade sus decisiones. En Occidente es inusual que un presidente confiese que lo es por expreso designio de Dios, que las sesiones de un Consejo de Ministros comiencen con un rato de oración o que el viernes por la tarde las oficinas del gobierno cierren para que los trabajadores puedan asistir a sesiones de estudio de la Biblia.
Un discurso que conectaba tanto con la tradición calvinistacomo con la cuestión de las identidades y el enfrentamiento entre culturas, el máximo exponente de la cual fue Samuel Huntington con el “choque de civilizaciones”. TantoHuntington como el clásico El final de la historia de Fukuyama fundamentan sus tesis indemostrables en una especie de categorización religiosa de los pueblos, etnias y culturas en función del modelo occidental y norteamericano, al cual se considera que se tienen que parecer todas las culturas.
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Un discurso que conectaba tanto con la tradición calvinistacomo con la cuestión de las identidades y el enfrentamiento entre culturas, el máximo exponente de la cual fue Samuel Huntington con el “choque de civilizaciones”. TantoHuntington como el clásico El final de la historia de Fukuyama fundamentan sus tesis indemostrables en una especie de categorización religiosa de los pueblos, etnias y culturas en función del modelo occidental y norteamericano, al cual se considera que se tienen que parecer todas las culturas.
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