lunes, 5 de diciembre de 2011

Hitler ganó la guerra Walter Graziano



El autor hace inicialmente una crítica de lo que es la historia oficial y de la información que nos venden los medios masivos de comunicación. 

Gracias a la red, ya están apareciendo los primeros historiadores online. Y si bien mucha de la información que aparece en la red puede ser falsa o inexacta, con frecuencia lo es menos que la que se ha publicado en muchísimos libros, o que la que aparece a diario en los mega medios de comunicación. La ventaja que nos ofrece la red, sea porque nos brinda información directamente, sea porque nos permite un rápido acceso para ubicar y comprar en sólo segundos libros que nos podría costar años conseguir, es la posibilidad de escribir sobre el presente, y conocerlo, con incontables elementos adicionales de información.

 Pero hoy las cosas han cambiado. Tenemos acceso a infinitos elementos más de información. Si no los usáramos por prejuicios o frases hechas al estilo de que "la historia necesita mucho tiempo para escribirse" le estaríamos haciendo el juego a los personajes más oscuros: los que desean que la realidad se escriba de la manera que más les conviene. Muchas veces se trata precisamente de los personajes con más recursos para intentar "borrar" de la memoria colectiva informaciones que pueden llegara comprometerlos. Ésta es una muy vieja costumbre utilizada por tiranos en todas las épocas. Se cuenta que los más sanguinarios emperadores romanos tenían historiadores oficiales. Éstos escribían loas a atroces emperadores y a su acción de gobierno.

 Sólo muchas décadas más tarde, cuando ya todos los protagonistas estaban muertos, Tácito y Suetonio pudieron poner las cosas en su lugar y colocar a personajes como Tiberio, Calígula y Nerón en el lugar que se merecían: en el panteón de los más siniestros y perversos emperadores que se recuerden. Sin embargo, muchos de los ciudadanos romanos contemporáneos de ellos murieron sin saber cuántos de sus males, miserias y hasta sus propias muertes diarias se debían a los propios emperadores y su sistema de censura y manipulación de la prensa y la historia. En el propio Imperio Romano se tardó más de sesenta años para que se conocieran acabadamente quienes habían sido esos tres emperadores.

¿Quién no cree, sin casi ningún cuestionamiento el viejo refrán que asevera que "la historia la escriben los vencedores"? Más aún,se suele repetir esa frase una y otra vez. Sin embargo, en pocas ocasiones se tiene una exacta idea de hasta qué niveles de profundidad esto puede llegar a ser verdad. Existe otra frase famosa, que también forma parte del refranero popular. Vale la pena poner ambas en juego dialéctico. Se trata de aquel viejo dicho que asegura que "la realidad supera a la ficción". Si estamos de acuerdo en que ambas aseveraciones generalmente son correctas, no cabe más remedio que comenzar a pensar que la historia —por más doloroso o no que esto pueda resultar— es sólo lo que se habría deseado que hubiera ocurrido. O sea, algo alejado de lo que realmente sucedió. Más aún, es sólo lo que habrían deseado que hubiera acontecido quienes la escribieron, o la escriben, mediante la distorsión de hechos ocurridos en la realidad. 

Muchas veces les resulta necesario a los vencedores interpretar de forma cambiada los hechos, silenciar espinosas cuestiones ocurridas o, incluso, generar de la nada la historia. Precisamente por eso bien se puede pensar, siguiendo hasta sus últimas consecuencias el juego dialéctico de esas dos verdades populares, que si algo no está escrito en los medios masivos de comunicación o en abundante bibliografía, y no forma parte de l"saber mayoritario", entonces no ocurrió, no pasó, no es verdad. La versión de un suceso divulgada por los medios masivos de comunicación es precisamente lo que se conoce como historia.

Los temas que trata son: Nash, el problema del petróleo, el 11 de setiembre y el mito de las guerras justificadas, treinta dineros, Osama en la era de Clinton, en el nombre del padre de Bush, George de Arabia,  la dinastía Bush, Clinton y CIA; Poppy, Prescott ( Gampy ) Clinton el socio del silencio, Billy de Kid; el gobierno del mundo el CFR, el poder en el mundo; el enigmático CFR, Bilderberg y la Comisión Trilateral, el rol de los intelectuales, el Nuevo Orden Mundial; los mecanismos de control, la CIA y el FBI,  la guerra de Víetnam, la CÍA y el Vaticano, la CÍA en las Universidades; los organismos internacionales7; el poder de las sociedades secretas; la Orden, nociones de Hegel; el origen de la Orden,  Thule Gessellschaft-palabras finales-la bomba de tiempo de Wall Street.

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