lunes, 26 de septiembre de 2011

Los templarios Fernando Diez Celaya


Este libro nos permite tener una visión sobre los templarios, su orígenes, misión, la orden, los poderes entre los que estuvieron inmersos, el misterio templario.

La orden de los templarios fue una orden de caballería de cariz religioso que a través de los tiempos siempre ha mantenido vivo el interés por ella y ha generado mucha controversia.

Su vigencia duró dos siglos y fueron conocidos como la Orden de los Caballeros del Templo de Jerusalén, o como Orden del Temple. De origen y planteamientos misteriosos pese a sus conocidos estatutos, redactados por san Bernardo de Claraval en 1128, estudiosos, filósofos, teólogos y eruditos de la tradición oculta han investigado hasta la actualidad los fundamentos de esta orden de monjes- soldados, cuyos postulados, en apariencia eminentemente cristianos, conjugaban la vida monástica con su actividad guerrera.

 La orden fue creada con la finalidad de defender a los peregrinos que acudían a Tierra Santa de todo asalto, violencia o robo. Pero en Jerusalén  los templarios alejaron a la orden de su principal objetivo que era guerrear contra los infieles, para buscar metas más trascendentes, así terminaron por convertirse en aliados espirituales de sufíes, ashashins y otras sectas esotéricas islámicas, pero nunca se apartaron del espíritu cristiano de fraternidad, pobreza, obediencia y ayuda a los necesitados.

 Pero, entre todos los misterios que rodearon al Temple, el más actual es quizá la idea sinárquica del gobierno del mundo que persiguieron; sus fundamentos se asentaron en las fuentes de las que, hasta entonces, habían bebido las religiones oficiales, es decir, en las creencias de las religiones mistéricas y en la tradición común al cristianismo primitivo a los druidas y a los sufíes y gnósticos, entre otras sectas.


La idea del mundo gobernado por una élite de hombres virtuosos y justos que no cayesen en las trampas que ofrece el poder político era ya muy antigua y había sido enunciada por epicúreos y estoicos, pero hasta entonces nunca se había intentado seriamente llevarla a la práctica.

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