Esta historia seguramente sorprenderá a muchos que han tenido como profesores de historia de la II Guerra mundial, al cine y la televisión judeo estadounidense, pero hay hechos que no han podido negar ni ocultar y uno de estos es esta historia de amistad entre Hitler y una pequeña niña judía, de nombre Rosa Bernile Nienau.
Esta historia seguramente a pesar de lo que los judíos hubieran deseado, ha salido a la luz a que ayer martes 13, fuera subastada una fotografía tomada por el fotógrafo Heinrich Hoffmann, en los Estados Unidos por US$11.520, por la agencia Alexander Historical Auctions, ubicada en Maryland
"La foto firmada es una pieza nunca antes vista por el público", le dijo el subastador Bill Panagopulos al diario británico Daily Mail.
"Hitler fue fotografiado a menudo con niños con fines propagandísticos. Lo sorprendente de esta foto es que parece que tenía una afinidad genuina con la pequeña".
Un hecho en común que los unía, es que ambos cumplían años el 20 de abril.
Según contó el sitio web de la subasta, la niña judía Rosa y su madre fueron parte de una multitud que había llegado hasta la residencia Berghof de Hitler en los Alpes en 1933, para saludarlo por su cumpleaños.
Cuando Hitler descubrió que la niña cumplía años al igual que él el mismo día la invitó a la niña y a su madre Karoline a su casa, donde se tomaron estas fotografías.
Cuando se descubrió que la madre de Karoline era judía, y por tanto la niña también lo era que Rosa lo fuera también lo era eso no rompió la amistad entre Hitler y la pequeña Rosa (por lo visto para la madre judía no era tampoco contraria a esta amistad, ni tenía miedo de que su hija sea amiga del líder nazi
Hitler envió una copia firmada de la fotografía, en la que se leía "La querida y (¿considerada?) Rosa Nienau. Adolf Hitler. Munich, 16 de junio de 1933".
Rosa, según parece, más tarde añadió su propio sello a la foto, dibujando flores en la imagen en blanco y negro.
Le escribiría a Hitler y a su ayudante, Wilhelm Bruckner, al menos en 17 ocasiones entre 1935 y 1938, hasta que el secretario privado del líder nazi, Martin Bormann, le informó que dejara de hacerlo.
A Hitler no le impresionó la orden, diría más tarde el fotógrafo Hoffmann, también le dijo "Hay personas que tienen un verdadero talento para arruinar mi alegría", estas confesiones las pone Hoffmann en su libro "Hitler era mi amigo" .
Rosa murió de polio a los 17 años en un hospital de Múnich en 1943, una década después de su primer encuentro con Hitler.
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Los soldados judíos de Hitler
Esta historia seguramente a pesar de lo que los judíos hubieran deseado, ha salido a la luz a que ayer martes 13, fuera subastada una fotografía tomada por el fotógrafo Heinrich Hoffmann, en los Estados Unidos por US$11.520, por la agencia Alexander Historical Auctions, ubicada en Maryland
"La foto firmada es una pieza nunca antes vista por el público", le dijo el subastador Bill Panagopulos al diario británico Daily Mail.
"Hitler fue fotografiado a menudo con niños con fines propagandísticos. Lo sorprendente de esta foto es que parece que tenía una afinidad genuina con la pequeña".
Un hecho en común que los unía, es que ambos cumplían años el 20 de abril.
Según contó el sitio web de la subasta, la niña judía Rosa y su madre fueron parte de una multitud que había llegado hasta la residencia Berghof de Hitler en los Alpes en 1933, para saludarlo por su cumpleaños.
Cuando Hitler descubrió que la niña cumplía años al igual que él el mismo día la invitó a la niña y a su madre Karoline a su casa, donde se tomaron estas fotografías.
Cuando se descubrió que la madre de Karoline era judía, y por tanto la niña también lo era que Rosa lo fuera también lo era eso no rompió la amistad entre Hitler y la pequeña Rosa (por lo visto para la madre judía no era tampoco contraria a esta amistad, ni tenía miedo de que su hija sea amiga del líder nazi
Hitler envió una copia firmada de la fotografía, en la que se leía "La querida y (¿considerada?) Rosa Nienau. Adolf Hitler. Munich, 16 de junio de 1933".
Rosa, según parece, más tarde añadió su propio sello a la foto, dibujando flores en la imagen en blanco y negro.
Le escribiría a Hitler y a su ayudante, Wilhelm Bruckner, al menos en 17 ocasiones entre 1935 y 1938, hasta que el secretario privado del líder nazi, Martin Bormann, le informó que dejara de hacerlo.
A Hitler no le impresionó la orden, diría más tarde el fotógrafo Hoffmann, también le dijo "Hay personas que tienen un verdadero talento para arruinar mi alegría", estas confesiones las pone Hoffmann en su libro "Hitler era mi amigo" .
Rosa murió de polio a los 17 años en un hospital de Múnich en 1943, una década después de su primer encuentro con Hitler.
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