A principios de julio de 1947, poco después de que comenzara a hablarse de apariciones de platillos volantes en medio mundo, uno de estos objetos se estrelló en el desierto de Nuevo México. Un equipo especial de militares de la base de Roswell recuperó los restos e informaron al mundo de su operación. La noticia duró poco en los teletipos; horas después fue silenciada y sepultada en los archivos de las Fuerzas Armadas de los EEUU, inaugurando la política mundial de secretismo en torno a los OVNIS. Cincuenta años más tarde, a punto de levantarse el secreto oficial del caso, se difunde la grabación de una supuesta autopsia a uno de los tripulantes de la nave siniestrada. ¿Qué hubo de verdad en esas imágenes? ¿Quién decidió que era el momento de mostrarlas y por qué?
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